La Ley 21595, también conocida como la "Ley de Delitos Económicos", es una normativa crucial que...
Cohecho empresarial: riesgos, conflictos y cómo evitarlos
El cohecho, definido como el acto de ofrecer, dar, recibir o solicitar un beneficio indebido para influir en la actuación de una persona en un cargo público o privado, representa uno de los mayores riesgos para la integridad de las organizaciones. Este delito no solo daña la reputación empresarial, sino que también pone en peligro la sostenibilidad económica y expone a la organización a severas sanciones legales.
En Chile, la Ley 21.595, conocida como Ley de Anticorrupción, establece un marco regulatorio robusto para prevenir y sancionar actos de corrupción, incluido el cohecho. Esta normativa refuerza la responsabilidad penal de las empresas e impulsa la implementación de modelos de prevención de delitos (MPD), obligando a las organizaciones a adoptar medidas concretas para evitar conductas corruptas dentro de sus operaciones.
Impactos del cohecho en las organizaciones
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Reputación corporativa dañada: Una empresa involucrada en cohecho enfrenta daños irreparables en su imagen, lo que puede traducirse en pérdida de confianza de los clientes, socios y proveedores.
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Sanciones legales y económicas: Las multas derivadas de la Ley 21.595 pueden ser millonarias, afectando la estabilidad financiera de la empresa.
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Pérdida de oportunidades comerciales: Las empresas acusadas de corrupción son excluidas de licitaciones y asociaciones clave.
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Clima laboral deteriorado: La corrupción fomenta un ambiente laboral tóxico donde se normalizan conductas poco éticas.
En nuestra nota Cómo Evitar Sanciones: todo lo que tu Empresa debe saber sobre la Ley 21.595 podés leer más información sobre esta ley.
Seis puntos de conflicto y sus soluciones a través de la capacitación
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Falta de conocimiento sobre la Ley 21.595
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Conflicto: Muchos empleados desconocen las implicancias legales y las consecuencias del cohecho.
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Solución: Implementar programas de capacitación obligatorios para todos los niveles jerárquicos, enfocándose en el marco legal de la Ley 21.595 y sus implicancias.
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Ausencia de una cultura ética corporativa
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Conflicto: La falta de ética empresarial puede facilitar conductas corruptas.
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Solución: Diseñar talleres sobre valores éticos y responsabilidad social, promoviendo la integridad como pilar fundamental de la organización.
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Deficiencias en la identificación de riesgos de cohecho
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Conflicto: Las empresas no siempre identifican áreas vulnerables al cohecho.
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Solución: Capacitar a los equipos de cumplimiento para que realicen auditorías internas y elaboren mapas de riesgos detallados.
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Inexistencia de canales de denuncia efectivos
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Conflicto: Los empleados no denuncian conductas irregulares por miedo a represalias.
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Solución: Crear canales de denuncia anónimos y seguros, acompañados de capacitaciones para fomentar su uso y garantizar confidencialidad.
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Falta de liderazgo comprometido
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Conflicto: La dirección no siempre da prioridad a las prácticas anticorrupción.
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Solución: Realizar sesiones de formación específicas para los líderes, resaltando la importancia de su rol como modelos a seguir.
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Procesos y controles internos inadecuados
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Conflicto: La ausencia de controles permite la ocurrencia de actos de cohecho.
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Solución: Desarrollar capacitaciones para el diseño e implementación de procesos efectivos que incluyan revisiones periódicas y mecanismos de control.
Cómo la formación continua de empleados protege a tu empresa
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El rol de la capacitación en la prevención del cohecho
La capacitación constante es una herramienta clave para prevenir el cohecho y otros delitos de corrupción. Según un informe del Consejo para la Transparencia, las empresas que capacitan regularmente a sus empleados en ética y cumplimiento reducen en un 35% las probabilidades de enfrentar denuncias relacionadas con corrupción. Además, estudios del Ministerio Público destacan que los programas educativos internos aumentan la detección de riesgos en un 40%.
El cohecho es un delito que puede tener consecuencias devastadoras para las organizaciones. Sin embargo, a través de la aplicación rigurosa de la Ley 21.595, el compromiso del liderazgo y una cultura de capacitación continua, es posible mitigar estos riesgos. Crear una organización comprometida con la ética no solo protege a las empresas de sanciones legales, sino que también fortalece su reputación y competitividad en el mercado.