La capacitación en materia de compliance se ha vuelto una pieza fundamental para el éxito y la sostenibilidad de las empresas en Chile, especialmente en un entorno donde las normativas y regulaciones son cada vez más estrictas. Los empresarios deben comprender que el cumplimiento normativo no es una opción, sino una obligación legal y ética, y que sus colaboradores deben estar constantemente actualizados en las leyes vigentes para evitar sanciones, pérdida de reputación e incluso condenas penales.
Uno de los pilares fundamentales del compliance es la prevención de la corrupción. En Chile, con la implementación de leyes como la Ley 20.393 que regula la responsabilidad penal de las personas jurídicas y la más reciente Ley 21.595 de Delitos Económicos, las empresas enfrentan un escrutinio cada vez mayor. Según informes del Consejo de Defensa del Estado (CDE), desde su implementación, más de 300 empresas han sido investigadas por no contar con modelos efectivos de prevención de delitos.
En nuestra nota Patrones de Diseño en Gestión de Compliance hablamos sobre los desafíos estructurales que enfrentan las áreas de compliance dentro de las compañías.
Una empresa que invierte en la capacitación en compliance no solo está protegiéndose de posibles sanciones o demandas, sino que también está mejorando su eficiencia operativa y su competitividad en el mercado. Los empleados capacitados en normas y regulaciones actúan con mayor seguridad y claridad, evitando errores costosos y decisiones que puedan tener consecuencias legales. Además, una organización que demuestra un compromiso real con el cumplimiento de las leyes se posiciona mejor ante inversores y socios estratégicos, lo que puede traducirse en nuevas oportunidades de negocio.
La capacitación en compliance no debe ser vista como una responsabilidad exclusiva del área legal o del departamento de recursos humanos. La alta dirección de la empresa debe involucrarse activamente, liderando con el ejemplo y asegurando que las políticas de cumplimiento se implementen y supervisen adecuadamente en todos los niveles de la organización. Los directores y gerentes deben participar en programas de formación para comprender las responsabilidades que tienen y cómo pueden contribuir al cumplimiento normativo en sus respectivas áreas.
La capacitación continua en materia de compliance es esencial para prevenir casos de corrupción, evitar sanciones y proteger a las empresas y sus empleados de las consecuencias legales. En Chile, donde las normativas son cada vez más estrictas, los empresarios deben priorizar la formación de sus equipos en estas áreas para garantizar la sostenibilidad de sus negocios y promover una cultura de cumplimiento que los proteja tanto a nivel legal como reputacional. La inversión en capacitación no solo es una estrategia preventiva, sino también una ventaja competitiva que impulsa el crecimiento y asegura el futuro de la empresa en un entorno cada vez más regulado.