¿Apostarías con tu libertad que el Programa de Compliance de tu compañía te resguarda frente a las actuales exigencias de la ley? El Compliance está en el centro de la escena ya que la ley chilena Núm. 20.393 establece las responsabilidades penales de todas las personas jurídicas en nuestro territorio y esto hace que se torne más estratégico para el negocio entender que ya no alcanza con una implementación formalista de los programas de Compliance.
¿A qué llamamos un enfoque formalista del Compliance? El ámbito de prevención de los programas de Compliance no se limita sólo a la luchas contra la corrupción. Llamamos a un enfoque formalista a aquel que pone foco en el formalismo de crear un Código de conduca, manuales de proveedores, exposiciones o charlas con expertos, capacitaciones y registro de asistencia. Esto para las nuevas reglas no es suficiente. Según el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) es necesario evidenciar el control, mostrar esfuerzos, contener medidas y generar evidencias y trazabilidad.
Ese fue el importe que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) impuso contra Walmart, SMU y Cencosud en lo que en los medios se conoció como Caso Supermercados según expresa La Tercera en esta nota
El TDLC consideró como "actividades estándar", propias del enfoque formalista, los esfuerzos de las empresas involucradas en un fallos ejemplificador que puso en el centro de la escena la eficacia de los programas de Compliance que tienen una mirada formalista frente al asunto.
Las sanciones que van desde elevados montos de multa, hasta responsabilidades penales de sus responsables como a la imposibilidad de participar de licitaciones públicas por un término de 2 años hacen necesario un cambio de foco que coloque al Compliance como una herramienta funcional al negocio. Continuar con un enfoque formalista que sólo maquilla el problema de fondo no provocará cambios conductuales ni generará prueba de una debida diligencia.
¿Cuáles son los principales problemas que origina un enfoque formalista del abordaje clásico del Compliance? Se puede resumir en 4 puntos prinicopales
1. Generación de reportes e indicadores ineficaces.
2. Ausencia de evidencia útil de y de calidad.
3. Dificultad de generar la cultura de riesgo.
4. Falsa idea de conformidad para la Dirección.
La brecha entre el resultado esperado y el resultado real con el enfoque formalista tiene una causa subyacente: la Complejidad. El desafío es abordar el Compliance de forma integral y lo que ha estado ocurriendo es la aplicación de Programas de Compliance con un enfoque inadecuado.
En su artículo "Next Generation Compliance", Hui Chen, líder internacionalmente reconocida en ética y Compliance identifica 3 puntos clave para cambiar el enfoque formalista:
1. Integración de las Áreas de Riesgo: Enfoque en los procesos de negocio.
2. Integración de Datos: Cómo se monitorean las propias actividades para la detección de anomalías.
3. Medir Resultados (Outcomes): Probar la efectividad de los Programas de Compliance.
Para no caer en situaciones como "entrenamos al 95% de nuestros empleados en Compliance (pero no sabemos si aprendieron algo)" o "Nuestro CEO siempre dice ¨hagan lo correcto¨(pero los empleados no saben a que se refiere)" y otras similares, es necesario entender la complejidad desde un enfoque holístico centrado en el negocio.